Sesión 3: Orientales chinos coreanos japoneses



· EL LOCAL DE PALERMO
· LA QUE ESTA MAS LOCA QUE UN PLUMERO
· EL ROBOT
· LA ESCUELA DE MUSICA
· AFLICCIONES PARA UN PIANO Y CANCIONES PARA UNA GUITARRA
· EL CONCURSO DE PIANO
· ORIENTALES CHINOS COREANOS JAPONESES 
· LAS GINETERAS
· LA JAULA

Camino por los pasillos rápido, es tarde. Cuando llego veo que hay otra persona en el lugar de mi psicóloga y pregunto por ella. Me dicen que está al lado.
La puerta de al lado está entreabierta, me asomo.
- Ah… me habían cambiado de consultorio…
- Eeeem… sí, los lunes y jueves atiendo acá…
Entro y cierro la puerta.
- ¿Cómo estás?
Se para, nos damos un beso.
- ¿Qué tal?
- Bien
- ¿Bien?
- Bien
Me siento.

EL LOCAL DE PALERMO
- ¡Ah! Te quería pedir disculpas que no estuve viniendo, pero están con eso del local nuevo y…
- Sí, me dijeron que no podías venir
- Sí, porque se van todos allá a hacer cosas y me dejan a mí a cargo
- Y ahora vos en este horario podés
- Sí, arreglé con ellos. Ellos se van y cuando vuelven yo me voy. Y vengo acá… ¡ojalá que me toque irme!
- Mmmmh… sí, porque a parte vas a estar más cerca
- Sí, y es más lindo. Bueno…
- ¿Ya lo conocés al local? ¿Ya estuviste?
- No, no. Yo estoy de este lado así que… También está la posibilidad de que me quede como supervisora acá, pero prefiero irme allá
- ¿Venir al local de Palermo?
- Sí
- ¿Sabés dónde están? ¿Qué calle?
- No, todavía no
- Mmmmh… un poco misterioso… -dice con voz grave y lenta
- No… -respondo alegremente-. En realidad no pregunto mucho tampoco
- Sí, pero en general se comenta cuando…
- Sí
- Más allá de que pregunten, ¿no?
- Sí, puede ser
- Incluso la gente al lugar lo llama… suponte… Avellaneda y… Santa Fé. Suponte… El local de Avellaneda o el local de Santa…
- …ah, le dicen Palermo
- ¿Eh?
- Ellos le dicen Palermo
- ¡Ah! Palermo… Bueno, todavía no tenés perspectivas de qué va a pasar
- No, no lo sé. Lo que sí sé es que el jueves 23 de septiembre no voy a poder venir
- Ajá
- Porque voy a estar en Rosario visitando a mi familia
- Ajá
- En realidad tengo allá como… la hermana de mi papá, y se casa una prima mía y bueno, voy a ir unos días ya que me deben días de vacaciones… al casamiento, a quedarme… no sé
- Qué lindo
- ¡Sí! Para la primavera
- Mjm
- Sí. Y te quería avisar antes de olvidarme, por las dudas

LA QUE ESTA MAS LOCA QUE UN PLUMERO 
- ¿A ver, qué más?
- No sé
- Lo que vos quieras. Solo tenés que hablar, lo que te pase por la cabeza
- Lo que me pase por la cabeza…
- Mjm
Silencio. Me mira fijo. Presta mucha atención a mi pelo, está muy seria.
- Ay… no sé
Espero pero ella no habla.
- Todavía no pude hacerme un tiempito para ir a eso de orientación profesional
- Ajá, orientación vocacional
- Sí. Porque el otro día estaba pensando y me gustaría ir. Pero como estoy con el tiempo muy justo… la otra vez que pasé me dijeron que empiezan a atender a las tres. Como estaba viniendo para acá no podía quedarme. Pero ahora que estoy más cerca del horario…
- Claro
- …tal vez puedo pasar
- Y a parte por ahí ver los grupos, ¿no?
- Le pregunté sobre grupos y ella me decía que es personal, pero bueno, que también había grupos… no sé
- En la puerta yo vi un cartel que dice los horarios de los grupos de orientación vocacional
- ¿Y uno va así, solamente, y ya?
- A parte ahora a la tarde… ¿la que te atendió es una persona de pelo negro o marrón?
- No me acuerdo, es una mujer grande y rellenita, pero no sé más
- Claro… porque más tarde ahora está una chica que es rubia, de pelo cortito que es divina. Porque hay otra que está ahora que está más loca que un plumero
- Ah, me pareció que estaba como…
- Está re loca
- …un poco… parecía enojada…
- ¡No, no no no! –dice enfurecida
- …o que no entendía bien…
- ¡Se pone a preguntarle a la gente cosas personales cuando abre la historia clínica! Eso contaba la gente, pidieron que la saquen de ahí porque no puede estar en ese lugar
- Claro
- Cualquier cosa que se le pasa a ella por la cabeza, dice. Y se pone a preguntar… Ella no tiene que preguntar el motivo de consulta. Te tiene que preguntar los datos como te preguntó Jorge, el de la ventanilla, como para rellenar una ficha. Y nada más. Nada de ponerse a preguntar el motivo de consuuulta… ni cualquier cosa de la que se le venga a la cabeza
- Claro, tal vez ella quería ser psicóloga…
- En cambio está tan loca…
- …y no le salió
- Es enfermera, creo. Me parece que es una enfermera del oncológico. La que está a la tarde también… em, pero… es otra cosa ella
- Claro. Yo me imaginé que no era de ahí. Que estaba ahí de paso porque justo entró, yo le pregunté y se puso a fijarse en unos carteles. Me imaginé que estaba haciéndome el favor de decirme…
- ¡No, no no no! –dice exaltada-. Si es la que pienso, que está ahí pero que está tan… ¡rayada! –dice entre risas. Yo también me río-. No puede ser que tenga que mirar los carteles… igual a veces es tanta información que hay que fijarse para estar bien seguro de lo que uno dice
- Ah, porque ella me decía el nombre, el apellido, el horario, todo lo de cada uno de los profesionales. Tal vez por eso se fijaba
- Claro, puede ser.
Silencio.

EL ROBOT
- Porque, bueno, también… si trabajás tantas horas tenés derecho a… a empezar a… a ocupar un poco de tiempo en vos, ¿no?
- Me encantaría –digo con una gran sonrisa-. Es lo que quiero… no sé, quiero hacer algo que no sea lo mismo de siempre
- Mjm
- Porque siento que me estoy transformando en algo raro… -digo, como reteniendo la risa
- ¿En qué creés que te estás transformando? –dice con una expresión muy seria y casi sin modular
- No sé, en una máquina empleada
- ¿Empleada?
- Por otros. Eso: una máquina empleada por otros. Soy como un robot para los demás y hago lo que me dicen –hablo de tal manera que lo que digo no concuerda con cómo lo digo. Efectivamente parezco un robot
- Mjm
- Y no quiero más eso. Quiero hacer algo que yo quiera

LAS ESCUELAS DE MUSICA
- Y todavía no tenés idea qué querés…
- Mmmno… va por el lado de la música creo yo
- Mjm –contesta como aburrida
- Tal vez es porque fue lo último que hice que me gustó
- ¿Y qué más hiciste que te haya gustado?
- Que en realidad no me gustaba tanto, porque me torturaba bastante
- ¿Ah, sí? –dice arrastrando la voz
- Y sí… tenía que estudiar muchas horas para tener resultados que después, cuando iba al conservatorio… no estaban mal, pero yo tenía… ponele… veintipico y tenía una compañerita de catorce, y esta compañerita de catorce siempre se… le decían: “para mañana traé toda la sonata de memoria”, y al otro día volvía y sabía toda la sonata de memoria. A parte tenía mucha facilidad. Y yo, entre que no tenía tiempo y se ve que no era tan talentosa…
- ¡Claro! –me interrumpe-. Porque a esa edad, seguro que si vos hubieras sido más chiquita…
- Igual hay gente que tiene más talento que otros, eso es obvio, y yo talento no tenía
- Ah, eso seguro, pero… te puede costar menos o te puede costar un poco más, pero si te hace feliz…
- Sí… bueno, pero en ese momento yo quería se como una genialidad en la materia y obviamente no iba a llegar nunca si a los veintipico todavía estaba aprendiendo…
- Claro, pero hay que ver para qué querés estudiar hoy música. Porque hay muchas escuelas de música que no son el Conservatorio Nacional
- Sí
- Y por ahí hay otras posibilidades
- Sí
- En la guía, te fijás las escuelas de música… ¿eh?
- Todavía no tuve tiempo… mental para hacer eso
- Sí
- De mirar. Lo tengo en la cabeza pero todavía no
- Vos vivís en Río de Janeiro… por ahí no sé qué escuela puede haber
- No, pero puedo averiguar. ¡Tengo que averiguar!
- Sí. Imagináte, son… una escuela primaria que funciona así durante la tarde
- Son como Centros Culturales
- ¿Qué?
- Que son como Centros Culturales
- No. Hay dos cosas: hay unas que son Centros Culturales y otras que son Escuelas de Música
- Es verdad, me habías contado –digo, como para ir cambiando de tema
- Sí, sí. Incluso me comentaron de otra que queda por La Boca, que debe ser en el barrio Catalinas porque es cerca de la peatonal. Ahí es una escuela primaria y a partir de las seis funciona como escuela de música. Y en esta zona también debe haber una… tenés que fijarte en tu zona, porque cerca de mi casa hay una, que ya te dije, es en la calle Camarones. Camarones y Segurola. Es en Segurola, ahí a la vuelta.
- ¿Qué es eso?
- Flores
- Flores
- Flores, Floresta. Floresta me parece que es
- Ah, y hay una por ahí
- Sí, hay una por ahí. Pero cerca de... en tu barrio debe haber otra
- Tiene que haber, sí
- Claro, sí. Seguro
- Tengo que averiguar
- En la guía figuran, ¿eh? Porque los conservatorios son menos accesibles
- Lo que pasa es que el horario en que tengo que llamar y todo es el horario de trabajo. Ahora podría aprovechar que no hay nadie…
- Tal vez no es necesario que llames
- Para averiguar… cuándo
- Después de las seis tenés que llamar. Entre las seis y las nueve
- Mh
- Funciona entre las seis y las nueve o entre las seis y las diez. No estoy segura
- Mh
Se escucha una bocina insistente que viene de la calle.

AFLIXIONES PARA UN PIANO Y CANCIONES PARA UNA GUITARRA
- Pero tenés más posibilidades, digamos
- Sí
- Claro, que no sea un sufrimiento. Es un esfuerzo, cualquier estudio es un esfuerzo
- Sí. Bueno, pero a mí me… me torturaba bastante. Después cuando, después de mucho tiempo cuando tocaba un poco mejor me gustaba, pero creo que me lo tomé muy…
- ¿Lo buscaste porque era el instrumento que elegiste o lo elegiste porque era más accesible?
- Era un piano
- Ah, había entendido que era la guitarra, que tocabas…
- Sí, es lo que quiero ahora
- Ah
- Tocaba la guitarra también porque era una escuela… cuando era más chica yo iba a una escuela polivalente
- Ajá
- Y hacíamos flauta, guitarra, piano
- Y vos elegiste piano
- Y me costó mucho porque no tenía un piano, entonces siempre iban más rápido que yo todos…
- Y sí, si no tenés piano para practicar es…
Silencio.
- Igual ahora no sé si voy a estudiar piano porque no tengo piano
- Claro. Pero si querés aprender a tocar la guitarra y es más accesible…
- Sí. Lo que no me gusta es que me hace doler los dedos –digo con voz nasal-, hay que apretar y…
- Claro, hasta que se te hagan más fuertes
- Sí, pero se hacen como duritos también
- Ajá
- ¿Y qué te gustaría tocar entonces? ¿Por ahí preferirías tocar… el saxo?
- No, son muy caros. No, a parte me gusta la guitarra… voy a tener que acostumbrarme a eso
- Mjm
- A parte se puede tocar despacito, puedo tocar de noche –digo en voz baja-, y no me escuchan. En cambio un saxo me escucha todo el edificio
- Si tocás bien el saxo
- Claro
- Mh. Igual el piano tiene sordina
- Sí, bueno, pero… un piano…
- Claro, eso es más complicado
- No todos los pianos tienen sordina
- ¿No? –dice, como aburrida- ¿No se le puede poner? ¿Una sordina?
- Hay unos de tres pedales y otros de dos pedales. El de tres pedales, el del medio, es la sordina.
- Ajá –la afirmación termina con un bostezo
- Y el de dos pedales no tiene sordina
Asiente con la cabeza lentamente.
- Los de cola suelen no tener sordina, y los de estudio… la mayoría sí, pero… tocar con sordina es horroroso –vuelvo a la voz nasal-, porque no se le puede dar ninguna sensibilidad, es solo para practicar escalas. Y para no molestarse ni a uno mismo
- Claro, yo sé de eso de que el piano tenía sordina porque una vez yo tenía una vecina que me mataba por escucharla tocar el piano, porque tocaba… ¡una maravilla! Y un día me dice: “¿no le molesta el piano cuando toco?”. “No”, le digo, “casi no lo oigo, me tengo que esforzar para oírlo”. “No”, dice, “yo pongo la sordina para no molestar”. Una señora mayor que había sido concertista de piano etcétera etcétera, ¿no?
- Claro
- Pero ella ponía la sordina para no molestar. ¡Y tocaba que era una maravilla! –dice emocionada, entre risas- ¡Y yo con la oreja así toda la tarde para oírla! Y ella pensaba que molestaba… y a lo mejor a otra persona le podía molestar, tenía razón, era muy ruidoso
- El tema es que si uno ya toca bien puede ser, pero en el momento que se está practicando o sacando una canción nueva o qué se yo… ¡me imagino que debe ser un plomo para alguien todos los días escuchar tin tin, tin tin! –digo, mientras hago que toco el piano en la mesa-. Siempre la misma parte… me imagino. A mí me resulta un plomo escuchar las escalas –me desperezo- que tendría que estar tocando yo, por ejemplo
- ¿Y alguna vez sacaste… pudiste sacar una canción ya? ¿O algo así?
- Cuando era más chica, sí
- Ajá
- Pero nada popular, yo te conté, era un conservatorio. Era todo muy clásico, muy estricto, no nos dejaban improvisar, era todo muy pautado
- ¿Aburrido?
Digo que sí con la cabeza.
- Porque dentro de la música clásica hay pequeñas piezas ¿no? que son muy lindas
- Hay, sí, bueno… pero lo que pasa es que, todo el resto, hasta llegar a la pequeña pieza muy linda, es un plomo. Y a parte también depende de la personalidad. Yo por ejemplo hacía lo que me decían, que era estudiar eso, estudiar aquello… y era como aburridísimo. Después había otros chicos que a parte de eso hacían lo que querían, pero yo… la verdad es que no. No se me hubiera ocurrido. O no me salía, o me daba cosa, o pensaba que no me iba a salir
- ¿Y qué era? ¿Miedo?
- Mmmmno… simplemente pensaba que no me iba a salir. Sigo pensando que no me va a salir. Espero que me salga
Tose.
- ¿Qué no te va a salir qué, por ejemplo?
- Y… por ejemplo… me decían: “estudiá esta partitura”, y estudiaba esa partitura. Pero si yo quería hacer cualquier cosa…
- ¿Y qué querías hacer?
- No sé. Nada, algo que no fueran esas cosas que tenía que hacer
- Y no se te ocurría
- Ni lo pensaba. Veía que otros hacían sus canciones, por ejemplo
- Mjm. Propias, hechas por ellos…
- Claro
- Mjm
- Y ahora lo que quiero es hacer mis canciones
- Y, por lo menos las podés escribir. Sabés algo de música
- No… pero si no tenés un instrumento no podés escribir
- ¡Pero las tocás en tu cabeza!
- ¡Pero no! ¡No es así! Beethoven hacía eso
- Bueno, pero Beethoven lo hacía cuando se quedó sordo
- Pero porque lo podía hacer… ¡no es así de fácil! ¡No es como leer en voz baja o leer en voz alta! Yo creo que una persona que no está estudiando música hace un montón ni está vinculada todo el tiempo con eso –digo con un tono de exagerada paciencia- no tiene la facilidad de semejante abstracción. Está ahí la música escrita y uno se imagina cómo suena… bueno, no. ¡No es así de fácil! Hay que tener mucha práctica y constancia para que eso pase
Tose.
- Lo que uno puede hacer es tá ta tá, lo toca y después ve qué es y lo anota
- Mjm
- Pero para eso hace falta el instrumento
- ¿Y lo tenés?
- Tengo una guitarra, pero no sé… quiero estudiar primero, no sé mucho
- ¿Por qué querés estudiar en algún lado? ¿Si lo que querés es escribir tus canciones?
- ¡Y pero para escribir mis canciones tengo que saber qué hacer! Yo no sé mucho de guitarra… tocaré tres acordes. A parte no toco hace un montón. Y a parte no me animo a tocar yo sola. Está en la casa de mi mamá la guitarra
- Le prestaste la guitarra
- No es mía, es de ella
- ¿Es de ella?
- Pero no la toca nunca
- ¿Y te la presta?
- No sé, tendría que pedírsela
- ¿Y se la devolvés?
- Está en un armario hace mil años
- Como la del tango
- ¿Qué?
- Como la del tango
- ¿Ah, si?
- La guitarra en el ropero –canta
- Eso. Tal cual.
Silencio.

EL CONCURSO DE PIANO
- ¿Andará? –pregunto como para mí misma
- Yo supongo que se afinan
- Sí
- Yo no sé afinar, yo no sé música –me dice
- Claro
- Solamente me gusta escuchar la música
- ¿Y escuchás música?
- Sí
- ¿Mucha?
- Mucha
- ¿Qué te gusta?
- Todo –dice mientras deja caer la mano sobre la mesa
- ¡Tooodo!
- Todo, sí
- ¿La música electrónica te gusta?
- ¿Eh?
- ¿La música electrónica te gusta?
- Sí, no me vuelve loca pero me gusta –me contesta para mi sorpresa-. Lo que NO me banco es la… la música… cumbia, reguetón… esas cosas así, tan, tatán, tatán –canta con la lengua un poco afuera como haciendo burla- tatatá y tatatá… eso no, no me llega. Puedo escuchar cualquier otra música aunque sea puro ritmo de la moda que me gusta todo. Ayer vi un concurso de piano por televisión que no pasaban enteras las piezas que tocaban los chicos pero ¡eran una maravilla! –dice, como deleitándose
- Pero qué lindo, ¿y qué era? ¿Piano qué… todo un concierto…?
- Era un concurso de música clásica. Yo vi un pedazo de la semifinal –dice emocionada- y la final después la pasaban. Ahí si pasaban entero lo que tocaban
- Claro
- Se ve que era en Estados Unidos, porque decía Piano Works y porque ganaban veinte mil dólares los tres que salieron premiados. Siete iban a la final y tres salían premiados. Uno de los que salía premiado era un chico ciego, que además debía tener algún problema neurológico porque hacía ciertos movimientos con la cabeza así –hace un gesto extraño para mostrarme cómo era-, pobrecito, que…
- ¿Y tocaba bien?
- Jeje era impresionante… -dice entre risas-. Tocó la sonata de Beethoven
- Yo vi en youtube a un chino…
- Era un chino también, además
- Ah, ¿viste?
- No, era japonés, perdón
- Bueno, este no sé si era chino japonés pero tenía los ojitos rasgados y tocaba con los pies porque no tenía brazos
- ¡Ah! –exclama sorprendida
- Y tocaba bastante bien. Bueno, bastante bien… no eran cosas super complejas porque los deditos son muy chiquititos para el piano
- Claro
- ¡Pero tocaba muy bien!
- No, esto era: una medalla de plata y dos de oro. Y él sacó ¡la mayor de las medallas de oro! –dice con el mismo tono que usaría para decir que el príncipe y la princesa finalmente se casaron y fueron felices
- Claro

ORIENTALES CHINOS COREANOS JAPONESES 
- Y de los siete había una chica que era latina, emmmh… un chico que era búlgaro, porque decían que era búlgaro y qué sé yo, y después todos los demás eran orientales chinos coreanos japoneses qué sé yo
- Bueno, mi compañerita de catorce años era oriental
- Sí, tienen una especie de disciplina muy importante
- Sí
- Porque cuando ves por ejemplo la…
- Cuando ves que trabajan todos los días treinta horas te das cuenta
- Claro, ¿lo ves? En el circo… ¿viste los circos de los chinos?
Respondo que no con la cabeza.
- En una época pasaban en un horario en canal 7, que yo justo llegaba de acá. Qué sé yo, agarraban como quince minutos y pasaban circos chinos. Y hacían cosas imposibles, porque además hacen unas vueltitas raras. Muy complicadas. Cuando ves atletas…
- ¿Y por qué no se van a… las Olimpíadas?
- ¡En las Olimpíadas están arrasando!
- ¿Los chinos?
- Cada vez más. Primero porque estaba muy aislada China de todo lo demás, pero cuando ves…
- ¿Chinos u orientales en general?
- Emmmh… los que yo vi… -dice mientras mira la hora- que eran espectaculares eran chinos. Y por ejemplo había dos palos altísimos, y los tipos agarraban esos palos y hacías tum tum –imitando el movimiento de las piernas de los chinos con los dedos de las manos- y saltaban de un palo al otro ¡y solamente se agarraban con las piernas!
- Como monitos…
Espera un momento antes de hablar mientras me mira como si cayera en la cuenta de que estoy ahí.
- Sí, pero no son monos –y se ríe-. Esa es la diferencia –se escucha una sirena muy fuerte-. Han creado una disciplina que tienen para entrenarse de esa manera
- Yo me imagino, me i ma gi no –repito, acentuando cada sílaba- que será porque son tantos, y sobran tantos, que tienen que esforzarse mucho para… ¿tener un lugar?
- Es una cultura tan distinta de la nuestra que nosotros mucho no sabemos, pero desde chicos están ahí adentro… en el circo, la ópera tiene casi…
- Pero por ejemplo yo una vez leí una nota que hablaba de las escuelas de… creo que era Japón. En la familia tenían hijos hasta tener el hijo varón
- No sé, hace unos cuantos años no sé si era así
- Es de ahora… pero no sé, era algo así… o podían tener hasta tal cantidad de hijos, y elegían cuál era el más inteligente. Y ese era el que estudiaba en unas escuelas en donde vivían. Ahí, estudiando todo el tempo todo el día y veían a la familia solamente los domingos a la tarde, ponele, y el resto trabajaba...
- Para que estudie ese
- Para que estudie ese, sí. Entonces todos los otros eran máquinas de trabajar para ese que era una máquina de estudiar. Así que es como que, bueno. Igual no me gustaría ser ninguno de los dos, ni los que trabajan ni los que están ahí.
- No, no
- Sí, es una cultura muy rara
- Es tan distinta de la nuestra que hay muchas cosas que no…
- Igual ahora, con la globalización, está todo como bastante más…
- ¿Con?
- Globalización. Está todo como bastante más… ¿fácil de ver? ¿Más cercano?
- Sí, pero parece que hay maneras de coartar la globalización –termina la frase con una risita
- ¿Cómo es eso?
- Por ejemplo… cortando la entrada de Internet en Cuba, en China…
- Ah, sí. Me contó una amiga que está en China…
- Hay ciertos blogueros que son clandestinos
- Por ejemplo en China es ilegal tener Facebook
- ¡En Cuba hasta hace un año era ilegal hasta tener computadoras! Y cuando asumió Raúl Castro, no sé si hace un año…
- ¿Qué, es el hijo?
- El hermano de Fidel. Después de unos meses permitió que la gente tuviera computadora personal
- ¿Y con qué se la compran? Los que tienen computadora deben ser tres…
- ¿El que tiene computadora…?
- Que los que tienen computadora deben ser tres…
- No sé bien cómo hacen eso… hay mucha traba
- Y sí, cuando un lugar es tan extremo…

LAS GINETERAS
- No, pero ya es más feo. Para mí modo de ver. Para mí, en los países socialistas que se promocionan con la prostitución…
- ¿Cómo? ¿Que se promocionan con prostitución?
- ¡Las gineteras! ¡Qué sé yo!
- Ah
- ¡La prostitución que ves! Por ahí, a mí me pasó hace años… al principio no me di cuenta. Qué sé yo, era un tipo con una mujer en un espectáculo, muy linda… ¡y no te das cuenta de que son prostitutas! Te pensás que son turistas… y después, últimamente leo en los diarios como… casi como una gracia, que hablan de las gineteras. ¿Cómo? ¡Es un país socialista! –dice indignada-. ¿Y está basándose el turismo en la profesión de las mujeres? Mmmmh… un poquitín contradictorio
Silencio.
- ¿No?
- Si se lo mira con mucho cariño
Suspira.
- Yo con mucho cariño que digamos no lo miro, realmente me indigna
- Sí, entonces es muy contradictorio
- Contradictorio, sí –repite pensativa
- Sí, qué raro…

LA JAULA
- Lo que pasa es que en un lugar que todo es tan estricto las cosas se salen de lugar
- ¡Claro! Tienen el mercado negro por todos lados. Los que acceden a tener plata son los que trabajan en los hoteles donde hay turistas, entonces tienen propinas pero para poder comprar algo tienen que pedirle al turista que compre, porque a ellos no les venden
- Esa es la part…
- ¡Es todo tan falso! –me interrumpe más indignada que antes
- Esa es la parte más Heidy, debe haber unas partes terribles
- ¿La parte más…?
- Heidy. Como que esta es la parte que uno ve y dice: “Ah...”, pero debe haber cosas más terribles
- Mmmmh… la gente… porque si conocés a alguien que conoce a alguien que trabaja en no sé dónde y se roba las gomitas… y te las venden en el mercado negro…
- Claro
- No lo hacen. Es lo que decís, cuando es todo tan restringido y tan estricto, por algún lado se corrompe, ¿no?
En ese momento no puedo dejar de evitar hacer una analogía entre lo que estamos hablando y lo que me pasa. Siento que es lo mismo.
- Ese es el tema… el tema es cuando eso ya se vuelve una costumbre, ¿qué pasa? –digo, tratando de desviar el foco de atención hacia mi caso
- Sí, que hay lugares así que hace cincuenta años que están… más vale que es una locura
- Claro, por eso. ¿Y qué pasa cuando se quiere cambiar eso? Por ejemplo dicen: “bueno, ahora no va a ser tan estricto”. Pero ya está todo armado para una manera de ser así. “Supongamos que ahora podés hacer lo que quieras, y las leyes son otras, y sos libre…”
- ¡No, pero cuba no cambia de un día para el otro! Hay que empezar de a poco. Por ejemplo, permiten tener computadora y echan a quinientos mil empleados públicos. Eso lo saqué del diario, ¿eh?
- ¿Y por qué… qué tiene que ver la computadora, o que puedan usar computadoras, y echar a la gente?
- Eso lo sabrán ellos…
- Ah, yo pensé que me decías que tenía algo que ver
- Digo que al mismo tiempo pasa. Quiero decir, que de tener tu vida asegurada, porque ibas a ser un empleado del estado hasta que te mueras, y lo que hay es empleo en el estado en un país socialista… el empleo te lo da el estado porque no existe una entidad privada. Está prohibida, salvo la prostitución. Entonces, ¿qué hacés?
- Sí... No, pero a mí me interesaba saber esa parte de –digo, con la intención de torcer el foco de la conversación hacia mi caso-, de qué se hace cuando se sale del régimen estricto
- Y, vamos a ver qué pasa en Libia…
- ¿En dónde?
- ¡En Libia! ¿No?
- ¿Y a nivel personal? ¿Por ejemplo? –insisto
- No lo sé, ellos saben
- No, pero lo digo por ejemplo… uno, que está acostumbrado a vivir con todo un régimen estricto… me levanto a tal hora, voy a trabajar, como, hago esto, hago aquello, me voy a dormir, me levanto a tal hora, voy a trabajar… y todos los días igual. ¿Qué pasa si de repente por cualquier motivo viene alguien y dice: “¡Ah! Ahora tenés otra realidad”, o uno mismo decide tenerla?
- Qué susto, ¿no?
- Claro, o sea… a nivel país o a nivel personal, ¿no es lo mismo? Es como una costumbre que uno ya tiene, y es muy difícil salir de ahí. Yo siento que de una cosa tan así… salir de ahí es como el caos total. Y que al principio va a ser sí o sí de esa manera. Entonces es terrible
- Y, es terrorífico. Además de que esa jaula tan cerrada la construiste vos
- O el país, claro
- Claro. Pero digamos, vos estás comparando sutilmente con lo que te pasa –concluye para mi sorpresa
- ¡Pero yo no sé si la construí yo! Porque uno recibe educación, la influencia de los padres, toda la vida…
- Con la educación… con esos elementos la fuiste construyendo
- ¡Pero yo no la construí! ¡A mí me la construyeron! ¿Y después qué? La tomé como si fuera mía, como que me apropié de eso. Pero yo no me la construí, y nací sin eso. Quiero creer… veo un bebé y el bebé no nace adentro de una jaula ni con las herramientas para construírsela, al menos concientemente. Y veo a la madre que le dice: “Ay qué vergüenza que tal cosa”, y eso sí ya es que le están haciendo la jaulita. Entonces el bebé después siempre tiene vergüenza de esas cosas
- Mjm… ¿Y de qué tenés vergüenza vos?
- Ah, no tengo idea. No lo sé, tal vez de todo
- Mjm
- Una de las cosa que me gustan del trabajo que tengo es que, como tengo que hablar todo el tiempo, sociabilizar, eso me hace una persona que parece extrovertida
- Mjm
- Pero siento que nada es personal
- Mjm
- Nada. Y me parece que…
- Parece que el que habla es otro, ¿no?
- Pareciera. Es como si fuera una persona… ¡ya te digo! Soy empleada por otros
- Claro. Ponés la vendedora y todo bien
- Mjm, sí sisi. De la cabeza a los pies
- Y de adentro hacia fuera o de afuera hacia adentro –agrega moviendo la cabeza de un lado a otro con una sonrisa dura que muestra todos sus dientes
- Y el tema es que yo ya desconozco qué otra cosa hay por ahí. Entonces, lo que quiero es salir de ahí y ver qué hay, y lo primero que veo es eso: que salir de ahí significa salir de ahí. ¿Y qué hay afuera? Caos total
- Pero primero lo que habría que ver es qué es lo que hay adentro
- ¿De qué? ¿De la jaula?
- Adentro de la jaula Clara
- Mjm… ¿qué habrá? Hasta ahora hay una chica aburrida
- A mí me parece que una chica que se defiende con aburrimiento
- ¡Qué manera más fea de defenderse! ¡Y no sé de qué! ¿Es una defensa el aburrimiento?
- Claro, pero vos…
- ¡¿Es una defensa?! Yo diría que es una elección más que una defensa. O me aburro  o me arriesgo: me aburro. No sé si es una defensa
- Para seguir viviendo así: o me adhiero o me aburro. Me parece que una forma de tomar una cierta distancia de todo esto, de toda esta monotonía, es el aburrimiento. Porque si estás aburrida no sos todo eso. Y si sos todo eso estás absolutamente arruinada. Entonces nunca vas a poder ser eso
- Pero me parece que yo venía alienada y me aburrí de estar alienada. Yo no estuve pensando en esto todo este tiempo. Yo solamente me aburrí
- Claro, pero empezaste a pensar las cosas y por eso buscaste una terapia. Para pensar en lo que te pasa. Porque no se trata de decir: “bueno, busco otro empleo”. ¿Qué empleo? ¡El caos está ahí afuera!
- Y lo que pasa es que es todo una rueda, por ejemplo, busco otro empleo, me quedo sin trabajo, cómo alquilo el lugar, ¡mil cosas!
- Claro, no. Cualquier cosa que salga de ahí ya es el caos
- Es como una maquinaria en la que yo estoy, ahí, si muevo una piecita… ¡no quiero ni pensar lo que puede pasar!
- ¿Cómo es esa canción? ¿The wall?
- Es verdad…
- Mjm. Bueno, ¿nos vemos el jueves entonces?
- Bueno, ¿es tres y diez? ¿Llegué bastante bien, no?
- Sí, sí
Nos levantamos, abre la puerta y nos saludamos con un beso
- Hasta el jueves, y gracias por cambiarme el horario
- No, no es nada. Mientras pueda…
- Bueno, gracias
- Chau
- Chau