Sesión 9: Los vestiditos de mamá



· NO ES VENCIDO, ES CANSADO
· PAPA ES UN ANGELITO
· LOS VESTIDITOS DE MAMA
· SOCIALISMO Y AMAS DE CASA
· TE HACEN DESAPARECER DEL MUNDO
· MAMA Y PAPA CUANDO ERAMOS CHIQUITAS

Entro por el costado por donde se entra al estacionamiento porque el sol da en unos árboles que se ven al fondo. Paso por al lado del edificio caminando mal por el empedrado y mirando cómo algunos gatos se alejan y otros se quedan tomando sol. Como faltan diez minutos para la sesión me quedo dando vueltas y viendo en qué tan mal estado está todo.
Hay una cartelera completamente vacía con una foto pegada arriba a la izquierda que me llama la atención porque en los pasillos hay más gente que de costumbre.

Se los nota un poco agitados, algunos pegan carteles en las paredes. Hay carteles por todos lados.Subo una escalera, otra. Bajo por el ascensor y veo que me maquillé menos que de costumbre pero más exagerado. En un punto fue intencional, pero no pensé que se notara tanto.
Se hace la hora y me acerco al consultorio. La puerta está entreabierta como siempre y cuando estoy por golpear ella se asoma.
- Esperame un segundo que viene una colega y te atiendo
- Bueno
Me alejo. Miro cómo llega la colega y entra. Es una mujer que ya había visto el día de la admisión, que me había llamado la atención… ya sé, es una de las dos mujeres que me atendió la primera vez, la más grande.
Se va la colega, ella se asoma y me llama con la mano.

NO ES “VENCIDO”, ES “CANSADO”
- ¿Qué tal?
- Ahora sí –contesta-. Me da un beso en la mejilla y mientras me siento cierra la puerta.
- Parece que hay mucha actividad acá, hoy. ¿No te parece? ¿O no?
- No sé, yo desde que llegué que estoy atendiendo –dice entre risas-, así que no sé
- Hay más gente que habitualmente
- ¿Sí…? Puede ser por el bolonqui que hay. Por ahí hay gente haciendo carteles, preparando cosas… 
- Claro
- …estamos de plenario en plenario, entonces…
- ¿Plenario? –repito porque no escucho bien.
- Plenario: asamblea. No sé si sirve para algo, pero tampoco es cuestión de bajar los brazos
- Y no, sería peor –toso.
- A parte cuando algo es muy injusto, no se puede avalar
- Pero bajar los brazos no es avalar, es cansarse…
- ¡Claro! –me interrumpe- ¡Por eso! Y no decir “y bueeeno… qué se yo” ¡No! En cierta medida es darles la razón a los que te avasallan
- ¿Y pero si uno está cansado?
- No va a pasar eso. Si estoy cansado, descanso un rato y que siga otro
Se escuchan las bocinas de afuera.
- ¿Y si no hay más?
- Que lo haga el otro que todavía no se cansó
- ¿Pero si es uno solo el que…?
- ¡No es uno solo! –me interrumpe- Acá somos bastantes, por eso te digo: acá –señala el lugar en donde está sentada- somos bastantes. Entonces cada uno hará lo que pueda. Que esté dentro de sus… habilidades
- No… sí, eso lo entiendo. Lo que yo pregunto: si es una sola persona y baja los brazos porque está cansado, no es que quiera… que los demás sigan. No sé, ¿qué dijiste? ¿El que hostiga…? ¿O el que lo avasalla…? 
- Claro
- No es que quiera que sigan sino que está cansado ¿qué hace, si no tiene suplente?
- Y, tendrá que… descansar y seguir. No darse por vencido ni aún vencido
- No es vencido, es cansado
- Mjm ¿y vos de qué estás cansada?
- Mmmmh… estoy cansada. Dormiría todo el día
Silencio. Se escuchan los ruidos del pasillo, gente que habla en voz muy alta, cosas que se caen.
- Pero a la vez de cansada, vos estás triste ¿no?
- Y sí
Siguen escuchándose las voces de afuera.
- Menos enojada que otras veces, pero más triste –dice después de haberme mirado un rato
- ¿Y qué hago?
- ¿Qué querés hacer?
- Dormir
- Y bueno, aprovechá a dormir el sábado y el domingo a ver si después te da tiempo de pensar qué tenés ganas de hacer, que no sea dormir
Silencio. Las voces de afuera. La luz de la ventana cerrada.
- Y, es medio lo que hago últimamente
- Mjm, ¿igual no te da para pensar… de hacer otra cosa? Que dormir, digo
- En realidad pienso todo el tiempo
- Mjm
- Pero no sé si es muy productivo
- ¿Si es muy productivo pensar…?
- …o lo que pienso yo
- ¿Qué pensás?
- Que es re injusto todo. Y que no entiendo por qué la gente es así
- ¿”La gente” en general o “alguna gente” en particular? 
- La verdad es que me vinculo con muy pocas personas. Y no es que sea una relación…
- Mjm
Nuevamente el silencio lleno de voces.
- Pero yo te preguntaba otra cosa
- ¿Qué me preguntabas?
Suspira.
- ¿Por qué “la gente” es así? Yo te decía. Si hay alguna gente o “toda” la gente –se la escucha como cansada, pero se la ve perfectamente bien.
- No conozco más gente
- ¿No decís por qué es así la gente “con vos”?
- No sé si será así con los demás también
- Claro. Pero es distinto decir: ¿Por qué “la gente” es así? Y no: ¿Por qué “esta gente” me hace esto a mí?
- Es que… en ese grupo de gente está: Sergio…
- …el tipo del que te enamoraste…
- …el gordo, mis compañeras de trabajo… la gente que viene a comprar, mi papá, mi hermana, mi mamá…
- Mjm ¿y son todos iguales?
- Bastannnte mierda son todos, sí. Cada uno a su manera
- ¿Y son bastante mierda con todos o con vos?
- No tengo idea. Porque no veo lo que hacen con los demás a no ser un segundo que se cruzan justo adelante mío, y las apariencias… no sé, yo también puedo dar la apariencia de que me llevo bien con equis persona. Pero es una apariencia. Entonces no sabría decir si son así con los demás o no
- Claro, pero ahí hay una diferencia entre: los clientes que vienen a comprar –se agarra el dedo meñique- y “tu papá” –acentúa mientras se agarra el dedo anular
- Pero es toda gente descuidada, gente… -hablo con la voz entrecortada- poco amable… que le da igual vos o el que sea que esté adelante
- Mjm
- Un tipo que va a comprar… bueno, vaya y pase… 
- Pero es como si fueran todos iguales, sin el grado de… sin mirar la relación que hayas tenido en cada caso, que es muy distinto
- Y es como… como si fueran todos iguales pero con distintos matices
- Mjm
- Como el mismo color –miro su chaleco bergamota- pero distintos matices
- Mirá, lo que podría destacarse… a la gente en general ma fangulo
- No entiendo –hablo cada vez más despacio, más suave
- ¡Los clientes! Si tienen cara de culo, que se jodan. Vos los atendés… arreglate con tu cara de culo y andate a otro lado –dice, golpeando las manos entre sí y haciendo que una de ellas avance y marque una suerte de dirección hacia la puerta
- ¡No, pero si fuera eso solo! Pero de repente viene alguien y…
- Es una cosa distinta –me interrumpe- que lo de tu papá, por ejemplo, que vos decís que es una mierda
Suena una bocina.

PAPÁ ES UN ANGELITO
- El se autodenomina como un angelito –digo, entre los bocinazos
- Ah, ¿sí? ¿Y por qué se autodenomina como un angelito y vos lo denominás como una mierda?
- Él es como un angeliiito, a él lo quieren tooodos... –digo con tono irónico– Es un tipo simpático, gordito… siempre está sonriendo…
- ¿Y a vos qué te hizo?
- Nada, me parece que ese es el problema, que no hizo nada
- Mjm
- Y desapareció
- Pero… tan desaparecido no está si sabés que se autodenomina un angelito…
- No, yo puedo llamarlo para el cumpleaños y él me dice: “gracias” –silencio-. Pero él no me va a llamar nunca
- Claro, ¿pero cómo sabés que él se considera un angelito si ya no tenés comunicación con él
- Porque hay gente que… en algún momento de mi vida vi que… les parece un bonachón, un tipo bueno…
- Mjm
- …que no tiene problemas con nadie
- Claro, pero vos me decís que “él” se considera así. Ahora decís que es otra gente la que lo considera…
- ¡No! Tampoco es que hablé con él… -interrumpo como a la defensiva y me quedo callada de repente. Agrego rápidamente con otro tono de voz- …habla de sí mismo todo el tiempo
- Mjm
- Él siempre es un pobre incomprendido, un angelito –digo con tono irónico-. Él habla de sí mismo como que todo el mundo lo quiere
- Ah, y…
- Por ahí te cuenta chistes que contó y te cuenta cómo se reían los demás
- O sea que eso es ya como para que te vayas riendo
- Como para que digas “pero qué buen tipo”
- No, no, digo… como para que te vayas riendo, porque si yo te cuento un chiste…
- El cuenta un chiste, vos ponés cara de “a mí qué me importa” y él todavía sonriendo dice: “no sabés qué bien que les cayó a todos, todos me decían qué bien…”
- ¡Claro! ¡Por eso! ¡Nos reímos! Y a todos les gustó
- No, no… pero es que… no… Vos ahí ya estás pensando que él te está dando una participación, te está diciendo “reíte”. Pero él no te está diciendo “reíte”, a él no le importa que lo estés o no escuchando –digo casi indignada-, ¡ni le im por ta que te rías o no! –agrego ya indignada del todo-. Él está contándose, no sé, hablando de él, para él… mirándose al espejo
- Ajá –dice-. No, estaba mirando porque estaba pasando una arañita que no se te fuera a… la ubicás, ahí, chiquitita… -me dice señalando atrás mío, a la derecha. Miro y efectivamente es una arañita que pasa. Y es chiquitita-. Pero por eso estaba mirando. Pasó y ya está.
Trato de ponerle onda a la interrupción, que no me gustó, y digo:
- Es como psicoanalizarse en el zoológico
Se ríe y dice:
- O en un… cómo se llama…
- Podría haber un animalito acá, un gato… -digo sin ganas, como para cambiar de tema
- ¡Ah, pero acá hay de sobra!
- No, pero digo acá adentro
- Hay un montón por ahí…
- …uno lo va acariciaaando…
- Pero también dejan cosas
Toso. Después digo:
- Olor, por ejemplo
- Mmmno
- Hay zonas que tienen olor
- Claro, pero hay emmm… depósitos de… necesidades gatunas. Entonces yo prefiero que no entren acá en el consultorio porque por ahí me dejan un regalo. Y sacar el olor de gato… no te puedo explicar lo que es. No sabés, hay lugares afuera que están llenos de gatos, hay lugares con piedra, pusieron todas piedras y arena… -hace un gesto negativo con la cabeza- …en el estacionamiento. Creo que algunos andan por acá, y la gente los acaricia… hay otros que ni se te acercan. Salen corriendo
- Mh

LOS VESTIDITOS DE MAMÁ
- Con tu mamá ya sé que es una cosa como de… sí de hablar pero no de conectarse
- Está todo el tiempo quejándose. La única manera de conectar es contándole algo tristísimo, medio melodramático y con formato novelón entonces ella se conecta, le interesa
- Ah
- Y si la pasás bien, o por ejemplo… está todo bien, te dice “¡qué bien! ¡Qué bien!” –digo con voz de muñequito- y empieza ella. Como vos estás bien la tenés que contener
- ¿Y ella qué hace? ¿Trabaja…? ¿Está todo el día fuera de su casa, o está sola en su casa…?
Hago una pausa larga y miro para el piso, a la derecha. No me acuerdo de qué trabajaba. Se siguen escuchando las voces de afuera.
- En un momento cocía… ¿viste la ropita de las muñecas articuladas?
- ¡Ah! Está bueno eso. Es un trabajo… es tan chiquito
- Ahora no está haciendo eso, pero en su momento era como si te pagaran por hacer todo un cosito así que tenés que… -y hago mímicas de algo enroscado, complicadísimo- …cincuenta centavos, una cosa así. Por la cantidad que hacías, era lo que ganabas
- Dependía de la cantidad –carraspea la garganta
- ¿Cómo?
- Le rendía por cantidad
Digo que sí con la cabeza.
- ¡Claro! Piensan que porque una cosa es así más chiquita tiene que ser más barato
- Pero es más difícil
- ¡Claro! Porque ¿cómo pegás las manguitas?
- Con una birome
Me mira con la cabeza inclinada hacia un lado, como si no me entendiera.
- Yo ya lo vi –agrego, y como me sigue mirando igual insisto-. Incluso trabajaba con ella. Bah… éramos chiquititas en realidad. Nos hacía dar vuelta todo
- ¿Vos también hacías los vestiditos?
- No, ella los cocía, quedaban al revés y decía: “ay bueno, qué lindo qué lindo, juguemos juguemos” y teníamos que estar ahí dando vuelta todos los cositos
- Ah, claro, porque con los deditos chiquitos los podían coser 
- No, ni siquiera los deditos. Tenías que meter una birome y darlos vuelta 
- Claro, yo decía, para coser la manga… –y dibuja sobre la mesa el contorno del vestidito
- ¡Usa la máquina de coser!
- …al vestidito… ¡Es un laburo de enanos! –dice mientras toso-. Porque es tan chiquito…
- Sí, horrible
- Porque está ese doblés…
- No, igual estás hablando de un nivel como de alta costura para muñequitos, y ella no hace eso
Se queda dura con una mano tocándose la nariz hasta que estornuda.
- Salud –digo-. No, lo de ella es todo entero. Ella cose así y así –dibujo el contorno de la ropita en el aire
- ¿Y qué hace con eso? –me pregunta mientras se suena la nariz
- Qué se yo qué hace… lo vendía
- ¿Qué? –termina de sonarse la nariz- …pero… ¿qué prenda es? 
- Era por ejemplo el pantaloncito y el saquito de unos muñecos articulados de guerra
- Claro, pero para pegarle la manga del saquito… –insiste
- ¡No! ¡Es que no tiene manga! –digo con la voz un poco más alta
- Aaah, ¿es todo así? –y repite el mismo gesto que yo había hecho en el aire
- ¡Claro! ¡Es como una T! Ella lo que cose es acá –y vuelvo a hacer el gesto
- Aaah
- No, lo que vos decís es… es otra cosa
- No, no. Yo pensé…
- Me imagino que eso que vos decís… 
- Porque yo pensaba…
- …lo pagarían mejor
- …si yo tengo un vestido, y le quiero pegar la manga –vuelve a dibujar el vestido sobre la mesa-, no puede ser con algo común, que una persona… directamente le pego la manga y después coso todo junto, la manga y el vestido –la miro seria y agrega-: Pensaba así. Bah, se me iba pasando por la cabeza…
- Bueno, pero no tiene separada la manga
- Claro, yo digo porque hay unos vestiditos que tienen así –toso fuerte mientras dibuja con las manos unas mangas abultadas a la altura de sus hombros-, como por ejemplo un vestido de fiesta…
- Ah, sí. Pero esos no
- Es esta porquería
- ¡¿Eh?! –pregunto con asombro
- ¿El polvillo este de los árboles que hay acá? ¿El plátano? Que te hace toser 
- Sí…
- Todos me preguntan: “¿estás resfriada?” –dice entre risas-. “No”, digo. Esto de andar respirando… -se ríe- …y algunos no pueden parar de toser
- Sí, igual a mí no se me va más la tos, no sé, estoy hace un montón
- Claro, debe ser la temporada esta del polvo de los árboles
Suspira. Toso. 
- ¿Y ahora? ¿No se dedica a hacer eso?
- No… -dejo pasar un rato, pienso y finalmente respondo: cocina
- ¿Cocina pero para vender la comida? ¿O para comerla?
Hago que sí con la cabeza.
- Ah, para venderla –dice-. Claro, está bien, es un trabajo. Incluso, aunque no trabaje afuera… por eso te decía, afuera no es la casa, pero todo el mundo dice… “¿Trabajás?” y me dicen: “No, yo no trabajo”. Tiene tres pibes. ¿Cómo hacen? ¡Que me den la receta por favor! Porque alguien que me diga que no trabaja y tiene que criar a tres pibes… -toso- No trabaja fuera de su casa, pero en la casa trabaja como una negra
- Pero es la vieja historia de que eso no es trabajar

SOCIALISMO Y AMAS DE CASA
- Sí, es la vieja historia que hace muchiiisimos años quería revertir el socialismo poniendo un sueldo para la ama de casa. Un sueldo aparte, no un subsidio
- ¿Un sueldo qué? –repito porque no escucho bien.
- Un sueldo aparte. Un sueldo, que pague el Estado por ocuparse de la casa y de los hijos. Que el “Estado” le “pague” por criar a sus hijos. Son proyectos de leyes que se… que te digo que son del tiempo de Palacios, un socialista famoso…
- Pero por ejemplo, si uno mide así las cosas también podría decir que tener hijos es parte del plan del sistema
- Mjm
- Entonces, uno puede tener el trabajo de tener hijos o no tener ese trabajo. 
- Mjm
- Entonces uno puede empezar a medir a los hijos como un trabajo. Me parece que la mayoría de la gente no lo hace por tener un trabajo sino que lo hace porque quiere. Entonces, como es un deseo, los deseos no se pagan: “lo siento, ¿querés tener hijos? Bancatelá”
- Claro, eso se puede decir que es hoy día, pero que, dentro de una concepción socialista del trabajo, sería como un trabajo para la sociedad
- Pero eso no existe
- No, no te digo que siempre fue prorrogada esa ley… entonces vienen estas cosas como ser la asignación universal por hijo, que no es universal… solamente se la dan a los que no trabajan o trabajan en negro. Con lo cual se fomenta el trabajo en negro… pero… Entonces, no es el sueldo porque vos estás en tu casa haciendo un trabajo de criar a tus hijos, sino que por cada hijo que tengas te pagan tanto. O sea que tenés que tener muchos para que te rinda
- Terrible, porque si tenés muchos…
- ¡No! ¡Ya sé! Eso es para la mentalidad de la gente a la cual se le resta la educación y piensan que tienen un hijo por año entonces cobran… con diez hijos tienen dos mil pesos
- Qué bien
- Una maravilla

TE HACEN DESAPARECER DEL MUNDO
- ¿Y con tu hermana qué te pasa? ¿Por qué te llevás mal?
- No, ya… últimamente ni me llevo
- No, como dijiste: gente de mierda, como papá, mamá…
- Porque es gente así, que te hace desaparecer del mundo
- ¿Y vos no los hacés desaparecer del mundo a ellos?
- Parece que no porque me afecta. Si no, no me afectaría
- Ah, pero vos no sabés si a ellos les afecta en alguna medida
- Pareciera que no
- Mjm, pero decís: pareciera
- Nunca tienen la necesidad de llamar… cuando los veo están: “ah, qué tal…” Tienen su vida como si nada pasara
- ¿Y eso qué te da? ¿Qué te provoca?
- Todo el abanico de las cosas que se te puedan ocurrir dependiendo del estado de ánimo del día
- Mjm, y el de hoy, el estado de ánimo de hoy, este que tenés ahora ¿qué te provoca?
- Y hoy estoy como más… -se me quiebra la voz y no puedo seguir hablando
- ¿Como más…? –como no hablo, sigue-. Sí, más allá de cierto… no sé si llamarle pudor… -se escuchan unos pasos del otro lado de la puerta- …o cierto reparo, ¿no? De mostrarte… eeem… creo que hay un… un continuo… cuidado, casi temeroso de… de tu intimidad, de lo que pensás, de lo que te pasa. Tratás de no demostrar, de no decir demasiado más que algo muy general, ¿no? Porque decís “no me afectaría”. Y hasta ahora vos lo que decís, ponele es que en realidad no te importara o te importara poco sobre lo que venga y total que se jodan. Pero ahora estás diciendo que te “afecta”
- Y no está bueno que te borren de la vida, ¿no? Que te hagan desaparecer…
- Pero ¿y qué te…? Pero, así como vos lo decís: “te borran de la vida” …vos decís que ellos, que te borran de la vida los demás, me parece que… Supuestamente a alguien, si dejás de ver a un hijo te afectaría, o a una hermana…
- No sé, mi papá de repente se fue y nunca más. Si lo llamo es como si nada pasara. No me escucha, pero no me corta el llamado ni nada. Entonces yo lo puedo llamar todos los días o puedo no llamarlo nunca que pareciera que le da igual porque nunca me va a llamar
- Mjm, ¿y a tu hermana la llama? ¿Con tu hermana se conecta o tampoco con ella?
- Mmmno sé, lo que sé es que a veces la llama, o por ejemplo cuando… las veces que habla conmigo me dice que la llama porque ella se enoja
- ¿Él la llama porque ella se enoja?
- Alguna vez la llama porque ella se enoja, sí
- Mjm 
- Yo ya probé de enojarme y no me llama tampoco
- Entonces suponés que es mentira. Porque tendría que registrar si alguien se enoja, no parece que él registre nada por lo que vos me decís. Te escucha, sí. Te dice alguna cosa en el medio pero no establece una comunicación
- No, pero si yo lo llamo él me habla de las cosas… mmmh… “estoy mirando por la ventana”, me cuenta de la nieta del amigo, no sé, cosas así pero nunca me dice “y vos cómo estás”, nada. Y si yo le hablo de algo o me interrumpe para seguir hablando de él o me dice “bueno bueno hablamos otro día”
- O te dice: “ah, tengo que llamar a tu hermana porque sino se enoja”
- No, eso es cuando… entre todas las cosas de las que me habla…
- Mjm
- Por ejemplo, no me pregunta “¿cómo estás?”, me dice: “¿y sabés algo de tu hermana?” Entonces le digo: “¿y por qué no la llamás y le preguntás vos?” –y agrego con voz grabe-: “No, sí, lo que pasa es que cada vez que la llamo me trata mal porque se enoja porque no sé qué y me reclama cosas”
Carraspea la garganta. Silencio.
- O sea, no enfrentarse a ningún tipo de situación. No se enfrenta con ningún tipo de situación que le pueda producir conflicto. Si sale algo así “cortamos porque ya estoy alterado”. ¿Y alguna vez supiste porqué se había ido?
- Me imagino que no se la aguantó más a mi vieja –suena una bocina
- Pero tenía dos hijas…
- Me imagino que entró en el combo de mi vieja. Que las hijas eran… lo mismo
- ¡Cuanto esfuerzo de imaginación, digamos, que hay que hacer como para entender algo!
- No sé, si nadie te explica nada… -me tiembla la voz.
- Mjm, ¿y nunca le preguntaron ustedes a tu mamá? ¿O ella no les quiso contar?
- No hace falta ni preguntarle, habla sola –digo con la voz cortada-. Es insoportable. Porque no dice nada, dice: “¡me arruinó la viiida!” y esas cosas, “¡yo era joven y… “ ¡Basta!
- ¿Y nunca se juntó con nadie más?
- No sé, se ve que se quedó ahí, dando vueltas en la misma historia
- Mjm
- Echándole la culpa a mi papá
- ¿Y vos recordás que ellos se llevaban mal…? 
- Yo era chica, qué se yo…
- Bueno, hay situaciones que se recuerdan… Que era solamente una situación de frialdad, que cuando sos chico… es ese clima que por ahí no podés dar cuenta de eso. Pero cuando los padres se gritan, se putean, se tiran cosas…
- No sé, ya se me confunde t-o-d-o l-o q-u-e mi vieja me contó después, desde que se fue mi viejo
- ¿A qué edad se fue…?
- Era chica… estaba en la primaria… creo que tenía ocho años, seis… qué se yo. A partir de ahí, sistemáticamente, tuvimos una educación de cómo odiar a papá que se fue y decir pobre mamá todo lo que soportó. Y nos sabemos toda la historia de que mi papá pipipí pipí son cosas de grandes que nosotras… 
- Y… ¿y a ustedes les consta por esta actitud de él que él no trato de verlas?
- A ver: si uno quiere ver a su hijo, va y lo ve. A parte mi mamá tampoco es superastuta que se va a poner a hacer…
- ¡No! –me interrumpe- Te digo porque yo… trabajo con una…
- …¡a parte, ahora…!
- …de padres que no pueden, de madres que no dejan ver a los chicos al padre…
- Supongamos que mi mamá no quiere que nos vea. Supongamos eso. Yo en mi adolescencia –arrastro la voz como si estuviera dopada, esto en varias partes de la sesión-  empecé a llamarlo a mi viejo… eso significa que no estaba totalmente… no sé
Carraspea la garganta.
- Y a él nunca le interesó
- Bueno, por eso te digo…
- O sea, se le fue muy rápido… ¿si tenía ganas de vernos?
- Si bien la conducta de él, que vos me decías que no le interesaba o si tenía que ver con… porque te digo que…
- Ponele que no…
- …hay mujeres que les hacen denuncias policiales y les hacen hacer detención
- Bueno, yo de eso me hubiera enterado. Y a parte, ya te digo, mi mamá es una llorona, no es tan astuta
- Mjm, digamos que no es en ese sentido “mala”, ¿es qué cosa?
- Qué se yo, es dañina pero… muy de telenovela, no sé como… muy corta
- Mjm
- No es astuta
- Claro, pero en estos casos no es astucia, es… 
- Y… maquinarse, ir a hacer la denuncia para que pipipí… eso ya es como… 
- No, no. Pero… es otro tipo de personalidad. Es una personalidad agresiva, ¿no? Que considera que el chico es una posesión… y entonces le meten la denuncia al tipo…
- Yo creo que a mi vieja le hubiera venido perfecto que mi papá se llevara a las nenas para llorar más todavía, “se llevaron a mis hijas” y seguir llorando
- Claro, pero algún fin de semaaana, o que viniera a visitaaarlas, o llevarlas a paseaaar, qué se yo, algo –hace una pausa-. Este caso que vos decís de tu papá que si no lo llamás no te da bola es distinto, porque cada uno de estos casos es muy distinto. Casos en que, después de una separación realmente muy jodida, que el padre no aparecía e iba y los miraba salir del colegio, pero por una cosa melancólica de no animarse a acercarse… porque tal vez le tenía miedo a la madre que no, no… Pero después, cuando los hijos son más grandes y se acercan, sí. Están muy presentes, están muy con los hijos. O sea que cada caso es tan distinto… Cuando son más grandes hacen alguna tramoya hermanos, hermanas y dicen que se van al shoping y se van a ver al padre, y se quedan todo el día, toda la tarde. O que van a lo de una amiga… no sé, cualquier cosa, pero es mentira. Porque si llegan a saber que van a ver al papá se arma. Pero lo que vos decís es que bueno, cuando llegó una edad en donde eras un poquito más independiente lo llamaste y no te dio bola. ¿Y él ya formó otra familia, tiene otros hijos, todo?
- No sé –digo tristemente-. No, no tiene más hijos. Cuando se separó se fue a vivir con la mamá, hasta que se murió la mamá. Y se peleaban mucho. Él le decía que ya era grande, que no le diga tal cosa… 
- ¿…qué?
- Como que ya era grande, que no lo moleste
- Ah
- Como si fuera un adolescente
- ¡¿Que no lo moleste?! ¡Pero si no te gusta tomatelás!
- Ah, bueno, pero ninguno de los dos reaccionaba así… 
- ¿Ninguno de los cuáles dos?
- Ni la madre de él ni él
- Y la madre no le decía que se fuera…
- ¡No! Se ponía mal: “el nene no come la sopa”
- Entonces te la tomás vos la sopa
- Qué se yo, para mí la sopa es algo más lindo –digo, mientras trato de sonreír 
- O sea que... decís que tenías una familia en la que faltaban los adultos… por no decir “padres”
- Ni idea –suena más así: ñidea
- Decís que tu papá se borró, y que tu mamá se quejaba y comentaba con ustedes cosas que eran cosas de grandes, no cosas de niños. A los niños se les puede y se les debe explicar ciertas cosas pero hasta cierto punto –toso-, solamente para contenerlos
- Pero ella no nos explicó nada. Yo nunca supe nada. Simplemente nos llenó de información que no venía al caso
- Que tu papá le arruinó la vida
- Por ejemplo –digo, muy tranquila
- Mjm
- Mucho detalle: “porque una vez cuando estábamos haciendo tal cosa y él hizo tal otra” –digo, con voz de telenovela
- Claro, por eso digo que era una cosa como de… chicos, no de personas adultas que se hacen cargo de niños, de una determinada situación en la que hay que explicar para tratar de que no sufran. Porque en realidad, si un tipo es una porquería y se va, no te arruina la vida, te la salva
- Depende en dónde estés parado. Depende de qué hubieras esperado de ese tipo. Tal vez pensabas que ese tipo te estaba salvando la vida, se fue y te la dejó de salvar. Entonces no te la está salvando, te la está arruinand…
- Claro, pero cuando ella te cuenta cosas de cómo él era… que por ahí eran pelotudeces para vos o tal vez no las entendías, ¿no? Te está hablando de alguien que no cumplía sus expectativas
- Sí, pero lo que pasa es que eso queda como medio tapado atrás de: “creó una familia y se borró”
- Mjm, se volvió con su mamá. Sí, volvió a ser niño, digamos, en vez de ser…
- ¡El Gordito Bondadoso! El que todos quieren
- …en vez de ser Un Hombre… y ocuparse de su familia… se volvió con la mamá… ¿Y vos te acordás de lo que sentías cuando tu papá se fue?
- No entendía nada –digo casi llorando
- Pero más allá de que no entendieras, ¿qué hacías? ¿Estabas triste, llorabas? ¿Extrañabas?
- No sé… no me acuerdo muchas cosas, yo me acuerdo que me la pasaba en un rincón, no tenía amigos… -y me pongo a llorar.
Silencio.
- ¿Y alguna vez le tuviste bronca cuando eras chica? ¿O solamente le tenés ahora bronca? –me pregunta con dulzura
- Ni siquiera sé si le tengo bronca –digo medio llorando-: No lo entiendo. 
- ¿Decís que NO le tenés bronca?
- No lo entiendo, no entiendo por qué, no entiendo que le pude haber hecho yo

PAPÁ Y MAMÁ CUANDO ÉRAMOS CHIQUITAS
- ¿Y te acordás de cómo era él con ustedes cuando eran chiquitas? ¿O no te acordás de nada?
- Me acuerdo de una situación que fue… mi hermana estaba enferma y estaba la habitación como en penumbras y tenían el velador prendido y mi papá le estaba contando un cuento que para mí era como… ¡increíble! Porque él nunca nos daba bola, entonces yo me acerqué y me gritó, me dijo “¡salí de acá! ¿No ves que le estoy contando a ella un cuento que está enferma?” –y agrego llorando-: Me escondí atrás de la puerta para escuchar el cuento
- ¿Eso es lo único que te acordás? El momento así, de ese rechazo violento…
- No, también tenía cosas más lindas… qué se yo… por ejemplo, un día mi mamá no sé qué tenía que hacer, se tuvo que ir… eso no pasaba nunca… Y nos quedamos con él y… teníamos que almorzar. Mi mamá había dejado todo medio hecho o algo así, y después estaban los platos sucios entonces él nos había dicho que juguemos a que los muñequitos lavaban los platos, entonces agarramos los muñequitos y lavamos todos los platos. Y después decía: “bueno, ahora jueguen a que los muñequitos secan los platos” y nos hacía… bueno, y así limpiamos toda la cocina. Con los muñequitos
Silencio. Me mira. Tengo los brazos cruzados, apretados, como abrazándome.
- Sí, bueno. Es… una mezcla de… calidez y manipulación, ¿no? 
- Y bueno, a un chico lo manipulás así
- Mjm
- Creo que esta parte, por lo menos, esta sensación de desconfianza absoluta que tenés… ¿no? De desconfianza absoluta hacia el mundo. Te estafaron cuando eras muy chica y si no podés confiar en tus viejos, ¡¿en quién?! 
- No sé, cada vez que confío en alguien –digo y me pongo a llorar- pasa lo mismo
- Porque no podés darte cuenta en quién confiar. Es como si fueras esa nenita… un nenito no sabe en quién confiar. Unos dicen: “no, porque los chicos saben en quién confiar y a quién querer”. Es mentira, sino nadie abusaría de los niños. De ninguna manera. Todos los abusadores sexuales se abusan de una criatura porque la criatura no desconfía. Los niños están inermes y confiados. Y las personas en que más confían son sus papás, después… personas cercanas, como tíos, amigos cercanos, cosas así pero parece que ustedes hubieran estado solos en una isla de la cual tu papá un día se fue. Y las dejó a ustedes tres ahí solitas –cuando dice esto se pone las manos en las mejillas-, inclusive parece que también un poco a merced de tu mamá. Ella antes de que tu papá se fuera, ¿era alegre? ¿Cantaba, contaba cuentos? ¿Jugaba con ustedes? 
- No, vivía bastante mal –digo, después de un rato-. Por ejemplo hacía ese trabajo porque mi papá no la dejaba salir, según lo que ella me cuenta
- Mjm. Ah, o sea que lo hacía cuando aún estaba casada…
Digo que sí con la cabeza.
- ¿Y él de qué trabajaba?
- Te conté, en un local de ventas de electrodomésticos 
- Mjm… no me acordaba
Toso. 
- Ymmm… ¿y eso lo hacía con alegría? ¿Con ustedes que le ayudaban a dar vuelta la ropita con la birome… y esas cosas?
- No me acuerdo. Pero sí me acuerdo de… ¡lo que pasa es que no me acuerdo! ¡Me llenó tanto la cabeza que yo ya no sé qué es lo que sé de ella y lo que ella me contó!
- Claro –suspira-. Hay cosas que, por ejemplo, vos te acordás de…
- …es como que me quedó la imagen de que ella es un mártir
- …de esto, de contar un cuento, de lo cual te echaron. Te podías acordar de que tu mamá, en algún momento –lloro mientras ella sigue hablando- se sentaba… no como esa costumbre que tienen los yanquis de contarles un cuento antes de ir a dormir a los chicos, pero tenemos costumbres de cantarles, o de contarles un cuento en cualquier hora del día que no tiene por qué ser la noche…
- No
- Si tu mamá te hubiera contado cuentos te acordarías
- No, ella estaba ocupada, trabajando en sus cosas, qué se yo… Me acuerdo por ejemplo que quería dormir la siesta y nosotras no la dejábamos porque gritábamos entonces… jugábamos…
- Claro
- …nos hacía acostar con ella y si nos movíamos y no la dejábamos dormir se enojaba. Teníamos que estar dos horas así como unos muertos, ahí, esperando que ella duerma
- Mjm –hace una pausa-. Siempre cuando sos chico es imposible jugar sin gritar, reirse, armar quilombo, es imposible… no es que puedan jugar “despacito”. Cuando un chico tiene diez doce años por ahí pueden jugar, qué se yo, al ajedrez, tranquilos sin hacer ruido. Cuando es más chiquito, el juego lleva a la risa y a correr y a armar quilombo. Y a gritar –mira el reloj-. Bueno Clara, terminamos… ¿te espero el jueves? –me dice mirándome como con ternura y pestañando
- Sí
Nos levantamos, ella abre la puerta y dice:
- Hasta el jueves
- Gracias
Nos saludamos con un beso en la mejilla
- ¡Chau! –digo, y me responde con una sonrisa que le cierra los ojos.