Sesión 7: El tomate clandestino


· EL DIRECTOR CESANTE
· LA POLITICA
· PLAZAS BASTANTE BONITAS
· EL TOMATE CLANDESTINO
· LOS CONCURRENTES
· LA CANCHA DEL HOSPITAL PUBLICO
· PAISAJES HOSPITALARIOS
· LA PASTILLITA
· EL DUELO

EL DIRECTOR CESANTE 
Golpéo la puerta.
- Adelnate…
- Hola
- ¿Qué tal?
Entro, me acerco. Se para, nos damos un beso. Mi voz es muy baja.
- ¿Qué tal?
- ¡Bien! ¿Vos? –me dice con un tono alegre, de docente.
- Mmbien… -respondo entre dientes.
Cada una se dirige a su silla ruidosamente. Nos sentamos.
- ¿Bien? –insiste.
- ¿Qué tal? –respondo.
- Nadie te va a agradecer si viene del conjunto, como dicen –la miro raro, no entiendo-. No, que hay mucho despelote…
- ¿En el hospital hay mucho despelote? –pregunto con tranquilidad, sin interés. No tengo ganas de hablar de mí, entonces ideo un experimento: hacer que hable ella toda la sesión. Veo cómo hace un gesto afirmativo con la cabeza y me mira esperando-. ¿Por?
- No, es que está mi compañera que había sido destituida con este director que lo sacaron… lo habían dejado cesante así que estamos en pié de guerra…
- ¿Qué es “dejarlo cesante”?
- ¡Lo echaron!
- Lo echaron… ¿no lo habían echado ya?
- No. Lo habían sa-ca-do del puesto de director y puesto a medio contrato…
- Mh
- …ahora lo están cesando, ya
- ¿Quién tiene la facultad de echarlo? –intento demostrar interés en el tema, me acomodo en la silla mientras hablo.
- Eeeeeel… Ministro de Salud
- Pero tiene que ser por algo…
- A mí me descontaron… Sí -habla muy rápido, sin interrupciones-, pero no sé bien porque no tuve tiempo tenía mucho que hacer no podía dejar dem… dem… ¿cómo se llama? …sin atención… estem…
- Claro
- Así que estuve a partir del lunes yendo a asambleas
Toso.
- Porque trajeron a unas personas del Hospital Gutierrez, que dicen que han puesto en un cargo de finanzas
- ¿En dónde?
- ¡En el Hopital! Gutierrez
- Ah
- Porque actualmente es un cargo importante, no es un cargo que agarra cualquier empleado administrativo
- Claro, ¿y para qué las pusieron?
- Y, para controlarlos… a ellos
- ¿Controlarlos de qué? –pregunto con impaciencia.
- De todo –me responde, cortante.
Tose.
- Ymmm… no sé… por ejemplo, en educación para echar a una maestra en una escuela del estado la maestra tiene que pegarle a un alumno, más o menos
- Mmmmjjjmmmmm… -responde con un tono alto y un gesto de disgusto.
- Este hombre… tienen que tener alguna excusa para echarlo…
- Claro, tengo que ver ahora, cuando tenga tiempo de reunirme con la gente
- Ver qué es lo que…
- Claro –me interrumpe-, porque ahora ya terminó la reunión, el miércoles…
- Tal vez lo acusan de conspiración –interrumpo- contra el nuevo directorio
- La verdad es que yo no sé a qué se debe la cesantía, quizás… -dice algo que no entiendo, pero no me preocupo- …tenía pacientes, así que no puedo quejarme. El miércoles que viene sí, puedo elevar una queja

LA POLITICA 
- ¿Te gusta la política? –le pregunto.
- ¿Eh?
- ¿Te gusta la política?
- No precisamente, pero…
- Hay una película que están dando que se llama “El estudiante”. ¿La viste?
- No. ¿Vos? ¿Cómo está?
- Está buena. Es de acá, es una película argentina
- Ajá –dice enérgicamente.
- Yo… no sé, me suele parecer horrible el cine argentino
- Ajá –contesta más calmada.
- Pero esta película está buena… no me acuerdo cómo se llama el director, el actor se llama… creo que se llama Esteban Lamothe. Y es de un estudiante que va a estudiar política, sociología o algo así
- Mjm –afirma con cierto desinterés.
- Y termina metiéndose en todo eso de los centros de estudiantes…
- Mh
- Eso que le pasa a todos, que dejan la carrera pero siguen yendo al centro de estudiantes y tienen ochenta años con una barba así
- Mh
- No sé, está buena
- ¿La única forma de mantenerse dentro del centro de estudiantes es…? -habla como si estuviese haciendo una pregunta en un concurso televisivo, hace una pausa y concluye con tono triunfante-: ¡No estudiar!
Tose.
- Bué, digamos que…
- ¡No! –interrumpo-. Pero está buena la película, porque es como una… cómo va mechando toda la parte de la política…
- ¡Mjm! –afirma como si ella hubiera sido la guionista-. De todos modos la política se mete en tu vida…
- Uno siempre tiene una política de vida…
- Claro, pero la “política” en general es la política del gobierno, del gobierno que fuere…
- Sí
- Se mete también en tu vida –me explica.
- Sí, el mundo se mete en tu vida
- Ajám
- O uno está en el mundo, ¿no?
- Claro, no es que… no es decir, como “alguien” que se “dedique” a la política –acentúa las palabras- ¿no? Como “carrera”. También en el lugar en el que estás, por lo menos en estos lugares que son lugares públicos, es necesaria la participación. Porque si están diezmando cada vez más este Centro…
Se escucha una bocina.
- ¿Qué? ¿Lo quieren sacar?
- No sabemos, no es la primera vez, ya otras veces lo quisieron cerrar porque el lugar era un… -hace una pausa, se pasa la mano por el pelo, se reclina en la silla- y… indeseable digamos, ¿no? Cualquier tipo de emprendimiento…
- “Yo opino” –la interrumpo.
- …Shopping, torre… lo que sea, ¿no? Para Shopping es medio chico, encima que hicieron otro edificio acá al lado… -toso muy fuerte, interrumpiéndola- pero…
- Una torre…
- Se paró y no se pudo hacer. Pero ahora, este gobierno… emmm… creo que solos se jorobaron, porque dedicó… emmm… seeeemmmm… no séeeemmmm… -hace una pausa, como si tuviera una laguna-. Se consideró monumento histórico este edificio –agrega, tocándose la frente y con un gesto que da la impresión de que le duele la cabeza-. Ya no se puede demoler
- Menos mal, porque es lindo
- Mj
- Estaría bueno que lo reciclen un poco, que lo arreglen
- Claro, ¡pero arreglarlo es poco porque por ejemplo la entrada de autos que hay, un par de veces la rozó un camión que venía cargado y está todo sujeto con maderas para que no se nos caiga encima! ¡Y la puerta semiabierta para que también le sirva de apoyo! –carraspea la garganta-. Así que son cosas que son urgentes…
- ¿Cuántos años tiene…?
- Sé que tiene más de cien años, pero no sé exactamente cuantos
Silencio.

PLAZAS BASTANTE BONITAS 
- ¿Qué cosa, no? –digo, por decir algo.
- Mh
- Los edificios no sé, pero las plazas las dejaron bastante bonitas –trato de darle charla.
- Sí… aunque con tantos reclamos…
- Tal vez este año les toca a los edificios… -insisto.
- No, por ahora parece que tienen bastantes plazas para poner plata y rejas, que me suena un poco terrible…
- Sí
- Pero… antes la gente podía ir a una plaza a sentarse a la noche si le daba la gana
- Y… ahora no... –digo, viendo que se interesa-. Y ahora es cualquiera porque los que no pueden entrar son los que no le harían ningún daño a la plaza…
- Y los que sí les pueden hacer algún daño son los que saltan la reja. De todos modos, ya no podía seguir así porque era peligroso. Aunque cuanto más gente se junte… es decir, si cedemos el espacio público ante las presiones de la delincuencia tenemos que… más nos vamos a ir arrinconando, cuando sigue el espacio público defendido como espacio público y suponte a la noche hay guardianes que se pueden comunicar con la policía y la gente puede ir a llevar a sus chicos, aunque sea de noche, a la plaza… ¡Porque hay noches que hace calor!
- Es terrible pero, al mismo hombre que le pagan por estar de día en la plaza, cuidarla, abrirla y cerrarla a la noche… la reja…
- Mjm
- Podrían haberlo puesto a la noche, y se ahorraban todas las rejas… y… estaría… ¿disponible para todo el mundo?
- Mjm… en general acá lo que se hace es una cosa… en todos los gobiernos, no solamente el de la ciudad… una cosa como para tapar lo que hay por lo bajo, ¿viste? ¿Como poner el dedo en el agujerito del caño? Que en cualquier momento se rompe y te sale el agua por los costados… pero, más o menos es ese el tipo de soluciones que hay –mira para el lado de la ventana, como recordando-. El otro día… mirá el otro día, ¡yo casi me muero…! ¡El tomate estaba acá! ¿eh? Y Moreno “prohibió” que se vendieran tomates en el mercado central.
Silencio.

EL TOMATE CLANDESTINO 
- Qué raro –digo con un tono cortante después de un rato de ver cómo me mira esperando una respuesta.
- ¡Es-mmmuuuuyyyyy-abbbbb-suuuurr-doooooo! –anunca lenta y gloriosamente.
Silencio. Me sigue mirando.
- Sí, no se entiende muy bien –respondo con incomodidad.
- …no se entiende muy bien, ¡pero qué ministros! Prohibir la venta de los tomates que hay…
Silencio.
- Una es la renuncia, ¿no? ¿Y el otro caso u opción? ¿Qué, no hay solución? ¡Porque que se pudran los tomates no va a hacer que bajen!
- Lo único que va a hacer es… -trato de adivinar lo que estará pensando- ¿fomentar el mercado negro?
- ¡Claro!
- …en donde el tomate va a ser más caro…
- Tomate clandestino, ¡claro!
Silencio.
- Yo no sé… o es gente poco inteligente o es gente… muy inteligente, que lo que quiere es disponer del mercado negro del tomate, por ejemplo
Se ríe. Pero es una risa como si estuviera guionada.

LOS CONCURRENTES 
Cambio de tema notoriamente.
- ¿Y… trabajas mucho… hace mucho en este edificio?
- ¿Yo?
- …sí…
- Y, sí…
- O sea que venís viendo toda la historia… -agrego, esperando que se interese por el nuevo tema.
- Claro… -me mira con un gesto algo interrogador-. Bueno… pero… digamos… que no es algo nuevo el tener que pelear. Por el perfil, por esta manera de trabajar, porque no se cierra la institución, porque no se “vacíe”, ¿no? Porque por ejemplo, una de las cosas, una de las características que tienen estos lugares públicos es que se “forma” nuevo personal. Dan exámenes y entran como concurrentes a cargo del nuevo presidente
- ¿Y “concurrentes” qué serían?
- Personas que vienen tres o cuatro veces por semana equis cantidad de horas a un determinado equipo, a recibir formación y poder trabajar directamente con pacientes, porque una de las cosas que siempre rechazamos es que vinieran estudiantes de observadores
- …de observadores –la interrumpo-, o sea que yo por ejemplo…
- ¡Claro, claro! –me interrumpe-. Es como si estuviera alguien ahora acá mirando…
- Y… eso no está bueno…
- ¿Eh?
- Que eso no está bueno
- Nosotros consideramos que no
- Vaya y pase cuando le están arreglando una fractura a alguien, pero… esto ya es otra cosa
- Claro, pero el hecho de –hace pausas pronunciadas y usa un tono didáctico- …hablar de… las propias cosas… delante de los demás… hasta ahora logramos… no permitirlo. Hubo mucha discusión en algunos congresos, en entidades privadas –ahora usa un tono desganado- para que vinieran acá, y acá se dijo “NO” –acentúa-, esto “no”. Y con toda una fundamentación teórica. Entonces las personas… -vuelve al tono didáctico- que sí se reciben… hacen cursos… dentro de esta institución… y en los hospitales que les toquen, ¿no? Después van empezando a atender de… a “UN” paciente… con supervisión de… Que supervisión es… llevar todo lo que… trabajaste ese día con cada paciente… de personas que están, vienen acá. Después de estar un tiempo… lo que pasa es que va siendo de a poco, como para… eeeh… que hagan una atención… como se debe
- Y vos, ¿sos supervisora?
- Si quiero sí, si no, no. No es algo obligatorio. Se ofrece como supervisor el que quiere –me quedo mirándola-. No quiere decir que llegás a un lugar y sos supervisora. No es como un… como un grado, digamos. ¿Como llegar a jefe…? No. Eso es algo que… a uno le gusta hacer y lo hace, o no
- ¿Y a vos te gusta hacerlo o n…?
- ¡No! –me interrumpe, cortante.
- ¿Por?
- ¡Porque no! Mmmh… no. En primer lugar que eso ya no es supervisión, llamarlo así…
- Se puede llamar “ayudita”
- Yo lo llamo “interconsulta”, porque eso es lo que te representa. Y a veces lo tengo con profesionales… ¡los compañeros mismos! Comentarles tal cosa, o tal dificultad… perooommm…
- Pasa que es como un nombre… institucional, porque uno tranquilamente puede comentar con un colega, en un café, un caso… que es difícil
- Claro, pero que esto forme… es parte de la formación…
- Ah, claro… claro
- No es algo que va por fuera. Igualmente, si quiere comentar alguna cosa que le pasó con algún profesional, con quien tiene transferencia, o lo que sea… puede hacerlo tranquilamente
- Claro
- Pero… que se “tiene” que anotar en una supervisión y llevar su caso
Silencio.
- Si… no nos mandan concurrentes… –dice con voz muy bajita que termino por no escuchar.
- ¿Cómo?
- ¡Si no nos mandan concurrentes! No se forma gente nueva. En general, todas las modalidades que había acá, era que después de concurrente podía ser… -hace una pausa- “Becario de honorario”. Es decir, seguir laburando sin cobrar. Cuando uno hace una cosa así, no lo hace de bueno. Que uno tiene ateneos… puede tener supervisiones… -enumera contando con los dedos- eh… pueden… tienen contacto con los colegas… tiene una experiencia que no es nada más que juntar puntos… Entonces, si no cobrás dinero, recibir algo. Si hay tiempo se puede hacer, pero ahora ya lo están prohibiendo. Y es más, les van a hacer una demanda a los que carecen de honorarios porque están atendiendo… ilegalmente. Y son justamente esa gente que ya tiene cinco años de concurrencia y que ya tiene experiencia. Lo que peleamos es por que se “rente” a la gente, no por que se la eche –dice entre risitas.
- Claro
- Pero es… -se despereza- una pelea eterna, e-ter-na…
- La-vi-da-es-u-na-pe-le-a-e-ter-na –hablo como un robot.
- ¡Y sí!
- Es una frase trillada, pero… ¡tan real! –agrego con tono romanticón.
- ¡Sí!
Silencio.

LA CANCHA DEL HOSPITAL PUBLICO 
- ¡Qué cansancio! ¿No?
- Sí, hay veces que… que te fatiga
- A parte esa lucha se… -ya no sé qué agregar para que siga hablando- …es cada vez más… ¿intelectual? ¿De estrategia? Es cada vez más… ¿específica?
- ¡Claro! Porque a demás es… de parte de nosotros es la cancha del Hospital Público. Para nosotros tiene que existir el Hospital Público
- ¿Para ustedes tiene qué…?
- Existir el Hospital Público
- Y sí… y sobre todo mientras… por ejemplo haya un… -trato de llevarla hacia mi caso particular- porcentaje tan grande de gente que trabaja en negro y que no cobra un mango –no responde, entonces vuelvo a su tema-. Porque si todos estuvieran espectacularmente bien… económicamente… da igual que haya un Hospital Público o no si total podés pagarte un… profesional en… la materia… que necesites –voy terminando la frase con un tono cada vez menos audible.
- Bueno, pero… en “ningún” lado están todos espectacularmente
- Por eso…
- Mirá lo que es en Estados Unidos, que se supone… (aunque ahora tienen otros problemas, pero vamos a dejar eso de lado) …que hay un bien estar económico bastante generalizado. Sin embargo la gente tiene que ir al dentista ¡y por poco tiene que hipotecar la casa! –hace un silencio, me mira de reojo- ¡El Hospital Público no existe! En algún momento se hizo acá…
- Bueno, pero acá pasa algo parecido, a no ser que tengas un… algo muy tonto, y puedas esperar cinco meses a que te atiendan. Porque si tenés una urgencia y es medio delicado… también tenés que pagar lo que haya que pagar. Porque si esperás a que en un Hospital Público te atiendan…
- Vas a la guardia y te atienden –dice, mirando con la frente alta la mano que acaba de apoyar en la mesa.
Silencio.
- Sí –insiste.
- No sé si es tan así…
- Yo sí sé. A demás tengo pacientes que se atienden…
- Pero no es taaan fácil –la interrumpo.
- …con un médico de cabecera
- Pero no es tan fácil. O sea, es muy… es muy…
- Si vas, te atienden. ¿Vos tenés obra social? ¿O te atendés en un hospital?
- No, no tengo –digo con tristeza-. No tengo obra social, trabajo en negro…
- ¿Y no tenés en el hospital un médico de cabecera?
- ¡No tengo nada!
- ¿Pero porqué no te sacas uno en el hospital?
- ¿Qué es eso?
Carraspea la garganta, vuelve a acomodarse en la silla y apoya la otra mano sobre la que tenía en la mesa.
- Todos los Hospitales Públicos –vuelve a carraspear la garganta- tienen un llamado “Plan de Médicos de Cabecera”, es de hace unos diez años si no me acuerdo mal y es hace más… em… en el cual vos… vas al hospital… –vuelve al tono didáctico-, te lo sacás, al Plan de Médicos de Cabecera… te asignan un médico de cabecera… y… vos sacás un turno para hacerte un chequeo general, y cualquier cosa que precisás… ¡vas a tu médico de cabecera! –me habla como si no entendiera nada de lo que me está diciendo-. Te deriva para todas las cosas que necesites, sea para estudios, sea para que te atienda un especialista en algo…
- ¿Y la gente tiene que pagar una cuota para eso?
- No, no, no… vos pagás impuestos para eso
- ¿Y qué diferencia hay en tener ese plan y no tenerlo? ¿No es lo mismo? Vas al médico igual… -me mira fijo, respira hondo- ¿O la diferencia es que vas siempre al mismo?
- Vas siempre al mismo, tenés “tú” médico. Y el médico tiene “tú” historia clínica, y tiene la medicación que se te dio, tiene todo contextualizado. Igualmente, si tenés una urgencia vas a la guardia –apoya uno de los codos en el respaldo de la silla-. Siempre es el hospital que te corresponde por tu zona
- Claro

PAISAJES HOSPITALARIOS 
- No sé qué hospital te corresponde
- Yo tampoco
- ¿Qué barrio es?
- Caballito
- Y… ahí… probablemente sea el Durán –vuelve a incorporarse.
- ¿Qué, es el del Parque Centenario?
- Claro
- Una vez un amigo se cayó de una terraza
- Ajá –dice interesada.
- Y lo internaron en el Durán… o sea, nada… lo llevaron ahí, rápido
- Al hospital
- Y lo metieron en un lugar, en una… sala… en donde le hacían cosas, así, de todo. Y es buenísimo, porque es el equipamiento de los años setenta más o menos, parece todo una nave como… la de… ¿viaje a las estrellas?
- Sí…
- Con todas lucecitas… es muy gracioso. Es más, todo ese hospital es muy setenta. Parece un viaje al pasado entrar ahí… sobre todo a la noche, que no hay gente… al no haber gente no ves la ropa del momento, entonces podés viajar todavía más en el tiempo entrando ahí
- Mjm –me dice como si le estuviera contando su propia experiencia.
- Es raro
- Bueno, pero en general todos los hospitales están…
- Sí, pero este es especialmente setentoso
- Bueno, ¡de los setenta! Bastante nuevo –se ríe.
- Bueno, pero sesenta… setenta…
- Por eso te digo, en otros hospitales entrás al mil novecientos…
- Claro. Pero todos tienen como algo… que hace que… en el paso del tiempo le agregaron le sacaron le pusieron nosequé y es una cosa amorfa la mayoría. O, como esto –señalo el lugar en donde estoy sentada- que… es algo recauchutado eternamente
- Mjm
- En cambio ese mantiene como esa… esa cosa así, muy… Y también la arquitectura que tiene…
- Claro, pero también tiene una parte moderna…
- Ah, ta vez es la parte a la que yo fui, porque era como la guardia, el sector de las computadoras viejas… o sea, todo eso, que eso si que es bien setenta
- Puede ser, no sé cuál parte… yo he ido alguna vez por alguna cosa… para llevar a alguien ahí… em… pero no… Está la parte de adelante toda moderna…
- Puede ser. Y después, otra vez, fui a pasear al Hospital de Clínicas… a pasear: me metí y empecé a caminar por ahí, a conocerlo
- Mjm
- Es increíble ese, parece del medioevo
- Mjm
- Bah, no sé… tiene un montón…
- ¡Claro! –me interrumpe- Ese hospital…
- …de laberintos…
- Ese hospital fue empezado… a ver… fue empezado a construir a fines de los cincuenta principios de los sesenta. Llevó bastante tiempo hacerlo y se trató de hacer un hospital moderno, al punto de que en vez de haber las grandes salas, como hay en todos los hospitales de Buenos Aires, como era nuevo y era el hospital-escuela de la universidad… eran todas habitaciones para dos personas. Con su baño
- Claro
- Lo cual… era… nada que ver con los hospitales como por ejemplo el Tornú
- ¿…el?
- Tornú… ¿el que queda en la Avenida Chorroarín?
La miro con mi mejor cara de nada. Silencio.
- ¿Tenés idea de dónde queda el Parque Warnes? –me responde con un exagerado tono de tolerancia.
- Me suena, pero no
- Bueno, frente a ahí está el Hospital Alvear, después vas… vas para Chorroarín y está el Hospital Tornú. Estos son hospitales antiguos, muuuy antiguos… son esos hospitales ¿con jardines?
- ¡Pero eso es lindo!
- Tienen unos pabellones, y unos jardines gigantescos, divinos y… los pabellones ahí adentro. Eh… ese sí es un lindo lugar para pasear –dice entre risas-. Porque todavía sigue teniendo jardines. No como otros que les fueron sacando todo con esto de ir vaciando los hospitales… porque vos como médico, psicólogo o lo que sea no vas ahí a controlar lo que la gente va sacando. O los pacientes o los mismos profesionales.
Se escuchan las bocinas de afuera.

LA PASTILLITA 
- Pero bueno –agrega, volviéndose a acomodar en la silla-, si no tenés ningún tipo de cobertura médica podés solicitar este plan, y después para sacar turno con el médico que fuere llamás al número ciento cuarenta y siete y te dan el turno que vos pedís
- Qué bien
- Esas son las innovaciones. No sé para cuanto va a durar todo eso pero son cosas que uno va sabiendo
- Bueno, está bueno saberlo
- Si estás sana no te hace falta, pero si no…
- Y la verdad es que no… no estoy viendo eso. Por ahora estoy bien
- Mjm
- Y me imagino que estaré bien
- Sí, uno nunca espera estar mal
- Sí. Qué se yo… hay gente que va al médico todos los días, hay gente que no va nunca
- ¿Cómo? –me pregunta distraída.
- Que hay gente que va al médico todos los días, hay gente que no va nunca
- Claro, la gente que…
- Mi papá decía –la interrumpo- cuando voy al médico tengo las mil enfermedades, cuando no voy al médico no tengo nada y yo me siento exactamente igual
- Ymmm… ¿para qué va al médico?
- Y, ahora ya es más grande, pero en su momento cada vez que iba le daban dos o tres pastillas. Y él no las tomaba porque decía: “Si empiezo ahora a tomar dos o tres pastillas cuando tenga sesenta voy a tomar veinte”
- Claro, ¿pero sabés qué? Hay tratamientos que son preventivos. Hay gente que no va al médico y por alguna razón no sabe que tienen alto el colesterol –enumera con los dedos empezando por el meñique-, alta la presión, emm… algún problemammm… cardíaco o de algún tipo y entonces está feliz hasta que un día pum –y aplaude-. Eso, si te morís, mejor así… pero ¿si llegás a quedar en una silla de ruedas? ¿A demás de que jodés a todo el mundo? Vos estás ahí… hecho trizas, ¡es espantoso! –hace una pausa-. Creo que es mucho peor que morir –agrega con gravedad-. Entonces: hay personas que tienen presión alta y la presión alta es… por eso le llaman “el asesino silencioso”, porque si está pareja, está equilibrada la mínima con la máxima, no sentís la diferencia. Y muchos igual aunque esté desequilibrada ¡no sienten nada! El médico te toma la presión y dice: “Tenés la presión muy alta. Tenés que tomar esto para tener la presión más baja”. O hacer una dieta de alimentos y ejercicios. Pero en general, te dan la pastillita
Me mira a los ojos con la mirada perdida, como si estuviera pensando en otra cosa.
- Pero se previene… ¡un A.C.V.! Que es lo mejor de todo, porque si te da un infarto…
- A ver, por ejemplo… -la interrumpo-, la pastillita fue creada para –quiero cambiar de tema y no encuentro bien hacia cuál ir- no intervenir en… el… -pienso qué decir-, equilibrio capitalista –concluyo felizmente-. Es para cuando una persona trabaja “todo” el tiempo y no tiene tiempo de hacer gimnasia, de recrearse y queseyo, entonces la “pastillita” suplanta esas cosas
- Uno sí “tiene” tiempo de recrearse
- La mayoría de la gente no, a parte… por ejemplo yo puedo decir: “Yo tengo tiempo de recrearme el domingo”. ¡Y nooo…! Después de estar todo el día todos los días trabajando el domingo duermo.
- Mjm
- A parte está el tiempo físico y el tiempo mental
- Mjm
- Y a veces uno por más que tenga unas horitas por día… no dispone de tiempo mental porque está agotado
- Mjm
- De haber estado todo el día aguantando…
- Pero por ejemplo, vos no necesitás la pastillita –me dice con ironía.
- Yo no voy al médico hace veinte años –le respondo burlonamente.
- Ajá –se acomoda en la silla.
- ¿Quién sabe? –enderezo la espalda.
Silencio.
- Y la pastillita también puede ser un antidepresivo
Respira hondo.
- Claro, porque si hay una persona que le hace falta tomar un antidepresivo… es bueno que se lo puedan dar –ahora parece explicándome la fórmula del principio de Bernoulli.
- ¡No… sí! Eso ya sé… y me parece que debe haber casos que están totalmente justificados
- Mjm… son casos en los que es completamente necesario
- Pero también siento que hay casos donde… en donde una persona es tan absorbida por una maquinaria como esta que para poder seguir trabajando bien dentro de la maquinaria… le encajan la pastillita –hablo esperando que esté de acuerdo con migo, trato de decir lo que me imagino que piensa-. Y el problema que tiene justamente es estar adentro de la maquinaria
- Bueno, ese es el tema por el cual peleamos para que sean más instituciones como esta. Donde no es que te van a dar la pastillita. Cuando no hay más alternativa, se suma “al” tratamiento en el cual puedas incorporar “la pastillita”. Porque hay veces que hay gente que “no puede hablar” –asentúa las palabras-. O puede decir que no puede hablar y se queda muda. Y así no se puede trabajar, “no hay manera”. Está en una depresión tan grande que puede hablar nada más de lo que la deprime y sin que le entren balas. Entonces hay gente que necesita la pastilla para después poder sacarla. Y a parte…
- ¡No! –la interrumpo- ¡Pero yo estoy totalmente de acuerdo! ¡No es que no! O sea, me parece que sí…
- ¡Ay gente que no puede salir de estar acostada en la cama! Porque la depresión es grabe
- Sí, sí…
- O sea, ¡hay gente que va se mete en la cama se tapa y si está sola se muere!
- Sí… -repito, frustrada por la incomprensión-. Sí, yo estoy totalmente de acuerdo, no es que no… digo que a veces se utiliza como parte de todo el mecanismo…
- ¡Pero eso…! –me interrumpe-. Pero eso es parte de… del “abuso”
- Mjm… que es mucho
- Pero es parte del abuso –repite.
- Sí
Silencio.

EL DUELO 
- Pero no es malo… no es que sea “malo” deprimirse…
- Es triste
- Claro, pero hay situaciones en las que si no te deprimís es porque estás loco
- Pero la otra vez hablábamos de que hay una diferencia entre deprimirse y angustiarse, por ejemplo, una situación…
- Bueno, pero… –me interrumpe.
- …te hace mal y te “angustiás”. Eso me parece que está bien. Deprimirse me parece que es…
- Bueno, pero a una persona se le muere un hijo… no puede ser que no se deprima. Porque si no se deprime está grabe. Si vos ves a la gente que viene con las castañuelas, decís…
- ¡Ah, no! ¡Pero si estás angustiado no estás con las castañuelas!
- Claro, pero no se deprime, no se angustia, no le pasa nada
- Ah, no… bueno… Es raro
- Es… una manera de… sobrevivir a eso. Pero ahí algo le pasa, que no puede procesar un duelo… a veces que no es tan grave
- ¿Y qué pasa cuando…?
- …como que haya perdido el trabajo o…
- ¿Qué pasa, por ejemplo, cuando hay una persona que… emmm… pasa por equis situación y no hace un duelo? ¿Cuando reemplaza eso por otra cosa?
- Y bueno, que no puede hacer el duelo…
- ¿Y eso en qué…?
 - ¿Eh?
- ¿Y eso en qué le afecta?
- A lo mejor en el momento parece que no le afecta, pero siempre sale… -baja tanto la voz que no le entiendo.
- ¿…pero siempre?
- ¡Sale por algún lado!
- Pero puede ser que no salga nunca…
- Bueno… en general, sale. O una somatización, o una inhibición… De muchas maneras. Y cuando estalla… se sana. ¿Como decías antes que se pasan la vida en el médico? Se pasan la vida en el médico porque les aparecen enfermedades que en realidad… digamos, biológicamente hablando: no tienen. Pero el cuerpo no es el que tiene problemas. Lo que se puede hacer es descartar que es biológicamente, supongamos un infarto… pero por algún lado sale porque “todo” nos queda –acentúa mucho la palabra-, no es… una cabeza que nos podamos sacar
- Pero hay gente tan negadora que puede ser que toda la vida se la pase negando todo y esté “jajaja” –digo sin gracia- “jaja” y nunca un duelo de nada. Tal vez nunca le duele nada… o tal vez nunca quiere nada entonces… lo que uno piensa que es… digno de un duelo, al otro le chupa un huevo… perdón por…
- Claro –me interrumpe-, pero habrá que ver qué duelo hace cada quién, desde afuera es muy difícil decirlo. A lo mejor… una persona puede decir: “Uy… esta se quedó sin trabajo y yo me moriría si me quedara sin trabajo”, y el otro mientras dice: “Buena hora que dejo este lugar de miera, y me voy de este trabajo” –da los ejemplos inexpresivamente.
- Claro
- Habrá que ver la situación de cada uno, es… eh… Cada persona es… distinta, no… no… no se
Silencio. Me mira, mira el reloj pulsera que tienen al costadito de la caja azul de las historias clínicas y vuelve a mirarme. No hablamos. Por u rato.
- Bueno Clara, hasta el jueves entonces
- Bueno
Me levanto. Se levanta. Vamos hasta la puerta, la abre, nos damos un beso en la mejilla.
- Chau
- Chau